¿Qué son las balatas?
Los frenos de pastillas o balatas son un tipo común de sistema de frenado que se encuentra en la mayoría de los vehículos modernos. Consisten en un par de pastillas de freno que se montan a ambos lados del rotor del freno, que es un componente en forma de disco que gira con la rueda. Cuando se presiona el pedal del freno, un sistema hidráulico empuja las pastillas contra el rotor, creando fricción y ralentizando el vehículo. Generalmente, un carro común tiene 8 balatas, 2 en cada rueda.
Hay varias ventajas en el uso de frenos de pastillas. Son relativamente simples y económicos de mantener, y pueden ser efectivos para reducir la velocidad y detener un vehículo en una amplia gama de velocidades. También son relativamente fáciles de reemplazar cuando se desgastan, lo que los convierte en una opción popular para muchos conductores.
Es importante mantener las pastillas de freno de su vehículo para garantizar un frenado seguro y eficaz. Esto puede implicar inspeccionar las almohadillas regularmente para detectar desgaste, reemplazarlas cuando sea necesario y realizar otras tareas de mantenimiento de rutina, como limpiar y lubricar los componentes. Si tiene alguna pregunta sobre el mantenimiento de sus pastillas de freno, siempre es una buena idea consultar con un mecánico o consultar el manual del propietario de su vehículo específico.
Materiales de las balatas
Las pastillas de freno están hechas de un material de alta fricción, como un compuesto cerámico, metálico u orgánico, que les permite sujetar el rotor y crear la fuerza de frenado necesaria.
- Orgánicas: Hechas de fibras no metálicas unidas en un material compuesto de diversos elementos que luego se trata con modificadores de fricción como grafito y metal en polvo. Además, también de elementos adicionales que disminuyen el ruido y reducen la transferencia de calor.
- Semimetálicas: La fabricación de este tipo de balatas consiste en una mezcla de metales como acero, hierro o cobre con materiales orgánicos que las hace más rígidas y resistentes a altas temperaturas.
- Metálicas: Están hechas con la unión de metales a presión y actualmente casi han desaparecido debido a la popularidad de las 2 anteriores
- Sintéticas o cerámicas: Están compuestas de fibra de vidrio y un polímero sintético, ligero y muy resistente llamado aramida, lo que las hace más ligeras, fuertes, capaces de reducir el calor y durables.
¿Cuándo debo cambiar las balatas?
Las balatas deben reemplazarse cuando alcanzan un cierto nivel de desgaste. Esto suele ocurrir cuando las almohadillas se han desgastado hasta un grosor de unos 3 mm o menos. Por lo general, se recomienda reemplazar las pastillas de freno antes de que se desgasten hasta este nivel, ya que esperar hasta que estén demasiado delgadas puede reducir su eficacia y causar daños a otros componentes del freno.
Hay algunas señales diferentes de que es posible que sea necesario reemplazar las balatas. Un indicador común es un chirrido cuando aplica los frenos. Esto puede deberse a que la parte posterior de metal de la balata entra en contacto con el rotor, lo que puede dañar ambos componentes. Otras señales de que es posible que deba reemplazar las pastillas de freno incluyen una reducción notable en el rendimiento de frenado, vibración o pulsación al frenar, y un pedal de freno que se siente "suave" o se hunde hasta el piso cuando se presiona.
Si no está seguro de si es necesario reemplazar las pastillas de freno, es una buena idea que un mecánico las inspeccione. Pueden verificar el grosor de las almohadillas y recomendar si es necesario reemplazarlas. También es una buena idea seguir el programa de mantenimiento de su vehículo, ya que esto le dará una guía sobre cuándo reemplazar las balatas y otros componentes.